“Demos gracias a Dios, mis queridas hijas, por permitirles renovar sus votos en las manos de esta pobre Madre que, aunque muy débil, aún está llena de vida… Renovemos el antiguo fervor de nuestros primeros comienzos… Y ustedes, mis hijas... que han colocado sus manos en las de esta pobre agonizante Madre... ella los guardará aún durante unos días, quizás por semanas, y luego se los llevará al cielo”.