El sábado 28 de enero fue un momento histórico en la Congregación para las hermanas. Todas las comunidades de la Congregación celebraron el cambio de estructura, dando gracias a Dios por la vida vivida y entregada con generosidad, y acogiendo el futuro con esperanza. A través de diferentes actividades que se realizaron en las Provincias, Delegaciones y Proyectos prioritarios de Congregación (PPC), se fue recogiendo todo lo vivido, recordando con agradecimiento la vida entregada de tantas hermanas que nos han precedido. En cada lugar, dependiendo de la cultura, diferentes símbolos expresaron el paso del tiempo, el camino recorrido, los hitos que han ido marcando nuestra historia. Fueron momentos de agradecer a las hermanas por los diferentes servicios prestados hasta ahora y animar y confiar en las que toman el relevo.
Oraciones, adoraciones, eucaristías, todo nos habla de vida, de renacer, de recrear. A lo largo de nuestra historia como Congregación hemos ido dando pasos grandes que no sabíamos bien dónde nos iban a llevar, pero sabíamos que el Espíritu nos iba iluminando y guiando. Mirando hacia atrás hemos podido reconocer esos pasos y la riqueza que hemos adquirido con ello.
Hubo también un momento especial en el que se acogió la nueva estructura con esperanza, y también con incertidumbre. Desde estos sentimientos, pero con apertura y confianza, se puso todo en manos del Espíritu, dejando que sea Él el verdadero protagonista de nuestro caminar como Congregación, que nos vaya guiando de la mano para seguir recreando hoy nuestro carisma, según la intuición de nuestros fundadores.
Alegría, agradecimiento, confianza, fidelidad, comunión, fortaleza, misión, esperanza… son algunas de las palabras que sonaban con fuerza en las distintas celebraciones.
Gracias especiales a los hermanos y laicos por acompañarnos en estos momentos, con la oración o con la presencia. Necesitamos caminar juntos en esta nueva etapa.
30/01/2017