El Buen Padre “Confío en la protección de nuestra querida Reina de la Paz, pero, oh Dios, debemos estar crucificados de corazón y mente”.
La Buena Madre“Abrácense generosamente a la cruz y la encontrarán menos pesada. ¡Caminemos con valentía tras las huellas del Dios crucificado!”.
El Buen Padre “Les amamos en el Señor y queremos que todos y cada uno estén bien convencidos de nuestros buenos deseos y tiernos anhelos por su perfecta felicidad”.
La Buena Madre“¡Ah! Más que nunca, entremos en el doloroso martirio que es el consuelo de las almas que siguen al Esposo”.
El Buen Padre “Doy a gracias a Nuestro Señor Jesucristo por haberles hallado amigos fieles de su Divino Corazón”.
La Buena Madre“Bendigamos a la Divina Providencia que nos mueve según su deseo y que nos encuentra siempre resignados a su voluntad”.
El Buen Padre “Acepta todo como viniendo del Esposo de tu alma”.